¡¡¡ Asi, sí !!!

Si en este momento se acabara el torneo colombiano, la final seria un partido de la primera B hace tres años atrás. El Cúcuta Deportivo y el Chicó fútbol club han demostrado que con un proceso serio y con dirigentes serios se puede lograr un campeonato. En la ciudad de Cúcuta el equipo se ha vuelto un motivo de celebración, ir al estadio se convertido en el plan de cada semana; y los casi veinte mil aficionados que en promedio acompañan al equipo han transformado el General Santander en una fortaleza casi inexpugnable.

Aunque el caso del Chico no es el mismo, esta comenzando a crear un sentimiento de pertenencia hacia el equipo; casi cinco mil personas están volviéndose asiduas visitantes del estadio universitario. Aunque el frío tunjano es un factor que juega en contra de la afición boyacense, el equipo ha comenzado a encender la llama de la afición hacia el plantel ajedrezado.

Los dos casos tienen en común que el gobierno departamental y municipal han dado un apoyo concreto. En Tunja la alcaldía y la gobernación dan un apoyo monetario comprando un porcentaje de la boletería que se timbra para cada encuentro, esto significa que vayan o no aficionados a las tribunas siempre habrá un capital fijo en las arcas del club. En Cúcuta el equipo goza del apoyo del alcalde y el gobernador a tal punto que el equipo se ha convertido en símbolo de ser cucuteño, los domingos que el club juega de local la ciudad se paraliza y se volca entorno al estadio.

Ahora mismo el viejo General Santander esta en proyecto para ser uno de los estadios mas modernos de Colombia y con una capacidad para cuarenta y dos mil personas. Las obras esperan su inauguración para el próximo semestre.

Estos dos ejemplos, sumados al del Pasto el año pasado demuestran que bajo una buena administración los clubes “pequeños” también pueden se grandes. Ojalá que estos ejemplos sean duraderos y no se quede en una esperanza sin concluir, y también tocara esperar que los aficionados sigan respaldando al club y no sea solo una moda del momento.

Dejad que los chicos… vayan a la libertadores, pero reforzándose bien; porque si van a hacer papelones es mejor que no vayan.